Contexto
En 2015, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó la Agenda 2030.
En esta, se definieron 17 objetivos distintos para mejorar el mundo, con el propósito de que se hubieran llevado a cabo para el año 2030.
Dentro de estos objetivos, el 11º (Ciudades y Comunidades Sostenibles) y el 12º (Producción y Consumo Responsables) son fundamentales para nuestro futuro.
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Pero, ¿qué significan exactamente estos dos objetivos y por qué son importantes?
Actualmente, la mayoría de la población vive en ciudades, de las que proviene gran parte de la contaminación, a pesar de ocupar solo una pequeña fracción de la superficie terrestre. Muchos de sus habitantes residen en barrios marginados, donde las condiciones de vida son precarias y los recursos limitados; en 2022, la mitad de la población mundial no tenía acceso a transporte público.
El aumento de la población de las últimas décadas ha impulsado la expansión orgánica de estas ciudades, dando lugar a comunidades insostenibles. Las ciudades que surgen de este proceso son especialmente perjudiciales para el medio ambiente. Se espera que esta tendencia continúe y se acelere, intensificando el cambio climático.
Por estas razones, es necesario impulsar la construcción de ciudades y comunidades sostenibles en todo el mundo. La ausencia de estas afectará a más personas, empeorando su calidad de vida y dañando el entorno. La creación de ciudades y comunidades sostenibles es fundamental para nuestro futuro.
La gestión responsable de los recursos es crucial para la sociedad. El rápido crecimiento de la población ha demostrado que el estilo de vida actual no es sostenible, ya que los recursos naturales no son suficientes para sustentarlo debido a las políticas actuales de consumo y producción.
La distribución de alimentos es uno de los problemas más graves a nivel mundial. Mientras una gran parte de la población pasa hambre, se desecha un tercio de los alimentos producidos. Además, el modelo actual de consumo y producción está teniendo un impacto negativo en el medio ambiente, dañando especies y ecosistemas. La sobreexplotación de los recursos naturales conduce a su agotamiento.
Por esto, es fundamental cambiar nuestras prácticas de consumo y porducción para adoptar un enfoque más responsable hacia el medio abiente. Esto implica tomar decisiones conscientes, analizando el impacto y las consecuencias de ciertos productos o servicios. Además de beneficiar al entorno, el consumo responsable construye una mejor sociedad.